miércoles, 15 de febrero de 2017

Antecedentes del Jazz

Louisiana Five Jazz Band. Alcides Nuñez clarinetista canario que toco en el primer grupo que grabó un disco de jazz.  
El término jazz abarca tanto tiempo, figuras, variaciones estilísticas y tantos conceptos definitorios y pequeños matices de identidad que es imposible encontrar una breve frase en la que se resuma tanta información musical, estética y cultural. El jazz es una expresión artística peculiar a Estados Unidos, una música cuya aparición se remonta a fines del siglo XIX.

Esta música no puede ya considerarse nueva o experimental, ha superado con éxito el paso del tiempo. Como en la música clásica, el jazz se ajusta a normas establecidas de forma y complejidad, disfruta de un amplio repertorio de obras maestras reconocidas como tales y demanda determinados conocimientos musicales a artistas y oyentes.

El jazz se desarrolló  a partir de las tradiciones de África occidental, Europa y EEUU, concretamente entre la comunidad afroamericana asentada en el sur de Estados Unidos. El jazz siguió evolucionando a partir de la unión entre las músicas religiosas y seglar afroamericanas, la tradición y el instrumental de las orquestas estadounidenses, junto con las formas y armonías nacidas en Europa.

La improvisación constituye un rasgo crucial del jazz, y la creación espontánea de nuevo material en los parámetros estilísticos es la clave de la interpretación jazzística. Los perfil del  jazzísta puede ser definido como un músico negro americano crecido con posterioridad a la Guerra de Secesión.

Esta nueva forma artística escapa a las estrictas barreras raciales o culturales, se hallan detrás del nuevo sonido, sonido hasta entonces jamás escuchado en África, Europa o América del Norte. Hoy contamos con jazzmen de importancia procedentes de Europa, África, Asia, América del Sur. El jazz se ha convertido en un fenómeno universal.

Cuando el estudioso William W. Austin se decidió a evaluar la música del siglo veinte, llegó a la conclusión de que las sociedades universales habían creado cuatro nuevos estilos de importancia, tres de ellos europeos y uno americano: los liderados por Schoenberg, Bartók y Stravinsky, y el jazz. El jazz ha significado uno de los cambios más importantes en los hábitos musicales del siglo XX. La poderosa influencia que ha ejercido sobre varias generaciones de músicos y la capacidad de crear nuevos estilos, hacen del jazz el acontecimiento por antonomasia del siglo XX.

Actualmente el jazz ha abierto un surco en el mundo entero, generaciones enteras han encontrado en el jazz las condiciones optimas para desarrollar, casi sin fronteras, su creatividad. La mayoría de músicas de origen étnico se han adaptado mejor a las líneas estéticas del jazz que a las de los grandes auditorios. Tal fascinación ha llegado incluso a músicos muy alejados de los postulados jazzísticos, compositores de la talla de M. Ravel, I. Stravinsky y S. Prokofiev.

Es muy importante entender que el jazz no es ni una variante, ni un subgénero, sino un lenguaje propio, absolutamente diferenciado. El jazz no es una música más, sino una nueva forma de expresión musical. Es un lenguaje diferenciado que, en solo cien años ha desarrollado su propia historia. Es una repetición acelerada de la historia de la música europea. Lo que Europa tardó siglos en sintetizar, el jazz lo hizo en poco más de un siglo. Como en la música clásica en Europa, el jazz tiene su propio periodo monódico, que se encuentra en los primeros “blues”, una época polifónica, que es la del jazz tradicional de principios del siglo XX; la gestación y el desarrollo de las bases instrumentales, igual que en el Clasicismo del siglo XVIII; la cromatización del bebop, como la expansión cromática de la música Romántica; el free-jazz plasmado en un periodo atonal.

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